Yo me amarraba las agujetas de mis zapatos para ir a la escuela, sentado en el sofá de la sala, cuando sentí que alguien lo jalo hacia atrás, y yo -con ese coraje que te da de que te tomen desprevenido- exclame: "¡Ooooh, porque mueven el sill..." y mi frase fue interrumpida por mi mismo que me decía: "¿pues quien va a andar jalando el sillón hacia atrás? nadie en la casa tiene semejante fuerza, además de que el sillón esta pegado a la pared!"

Fue la mañana del 19 de septiembre de 1985.

Ya pasaron 23 años de aquel terremoto que vivirá en nuestra memoria. Ayer escuche una frase que decía "El dolor une" y creo que en este caso se aplico, porque ver como la sociedad civil se unió de una manera ejemplar para convertirse en rescatistas, policías viales, cocineros, y todos ayudando al prójimo, es una de las ocasiones donde nuestro país puede sentirse orgulloso de su gente.

Pero esperamos que no tengan que pasar tragedias de esta magnitud para poder vivir en armonía y ayudando e nuestro prójimo.
Es en estas pocas excepciones cuando me siento orgullos de que Dios me haya hecho nacer en esta tierra.

Así es como luce hoy Tlatelolco, uno de los lugares en los cuales se derrumbó el multifamiliar "Nuevo León", donde muchas familias murieron, pero también se vivió la entrega y valentía de voluntarios que con la ayuda de Dios rescataron otras tantas vidas.








Parte de los rescatistas en este lugar.



Ahora se encuentra un parque en memoria de los fallecidos.



Reconocimiento a Placido Domingo quien participó en los rescates del Nuevo León en donde perdió a su Tíos.

Cuenta una anécdota que dicen que al estar buscando él en las ruinas, otra persona le dijo, mire, que casualidad aqui hay un disco de usted y abajo de las ruinas donde estaba ese disco, se encontraban sus tíos